El pie en pacientes diabético
Los pacientes diabéticos reciben educación sobre cuidados del pie que suele ser inadecuada, insuficiente y poco práctica.
Niveles de riesgo
Los cuidados del pie forman parte de las medidas de profilaxis, recomendadas para pacientes diabéticos (y para pacientes con patologías de origen arterial y/ó venoso ),independientemente del nivel de riesgo del paciente.
Todas las personas con diabetes necesitan una evaluación MEDICA del pie con el fin de que se clasifique su nivel de riesgo. Basándose en este sistema de categorización del riesgo tenemos:
Quienes tengan un riesgo bajo:
Sensibilidad normal, aporte sanguíneo dentro de los parámetros normales en los pies, no corren el riesgo de desarrollar mayores inconvenientes no necesitan modificar su estilo de vida, Si algunos hábitos de Nutrición e Higiene.
Es importante destacar la necesidad de realizarse exámenes regulares por un PODOLOGO UBA; dentro de este grupo de bajo riesgo y cuando los recursos son limitados, especialmente en entornos de bajos ingresos no deberán dejar de lado estos cuidados fundamentales. En estos casos se debe concurrir a la sector de Podología del Hospital.
Quienes tengan un riesgo alto:
Neuropatía sensorial y/o falta de aporte sanguíneo en extremidades inferiores (enfermedad vascular periférica), pero sin problemas “activos” (ulceras, ulceraciones del pie),
Información y educación permanente intensiva sobre cuidados del pie que incluya el desarrollo de habilidades prácticas para el cuidado personal. Se recomienda que reciban atención de PODOLOGO UBA rutinaria
Deben recibir educación que se centre en cambios de hábito y estilo de vida.
Quienes tengan un riesgo Muy alto:
Presentan un problema activo en miembros inferiores (infección, úlceras)
Deben ser controlados en una institución multidisciplinaria del pie. Control regular y periódica por PODOLOGO UBA indicando y observando educación práctica intensiva multidisciplinaria, que se centre en las estrategias de modificación del comportamiento, hábitos y estilo de vida.
Aunque las amputaciones de pacientes diabéticos se pueden prevenir, para demasiadas personas en el mundo perder una extremidad o parte de la misma es una trágica consecuencia de tener diabetes. Los altos índices de dichas amputaciones; denotan falta de adecuación en la impartición de atención sanitaria
La neuropatía y vasculopatía diabética, son el centro de los protocolos educativos sobre cuidados del pie. Sin embargo, el sistema de alarma de la naturaleza, que avisa de las lesiones (el dolor), no se puede sustituir por ninguna cantidad de información sobre lesiones nerviosas periféricas. El Eje de la educación sobre cuidados del pie, debe ser promover un comportamiento respecto al cuidado personal que sirva para superar los problemas resultantes de la aparente falta de síntomas.
Es sabido que la diabetes implica un aumento del riesgo de ulceración y amputación. Las personas con diabetes suelen recibir la misma educación generalizada sobre cuidados del pie, independientemente de su estatus de riesgo.
Los profesionales de la salud aconsejan a los pacientes con diabetes que:
“se cuiden los pies”.
Frecuentemente, dichos avisos no significan nada
Es de suma importancia acentuar la necesidad de realizarse atención PODOLOGICA, pudiendo detectar en la mayoría de los casos: alteraciones ortopédicas y/ó podológicas; manifestaciones dermatológicas, traumatológicas, vasculares, neurológicas que seguramente serán de incumbencia médica.
Pero no es el médico quien controlara in situ La higiene, humedad, temperatura, desgaste y/ó zonas de presión en el calzado, ni el tipo del mismo, irregularidades en sus uñas. Es menester exclusivo del PODOLOGO UBA.
Otra recomendación general es:" use calzado amplio, cómodo y cerrado":
Allí viene el sujeto con Mocasines y/ó Alpargatas; NADA MAS NOCIVO para los pies (sea ó no diabético),
Si los compra grandes chancletea, ¿Que hace? los compra justos para "domarlos". La excusa es que esta gordo ó la artrosis, ó no se puede atar los cordones.
Durezas y callos
Es frecuente la idea en pacientes con diabetes y algunos médicos que, las durezas y callos sirven de protección y no deberían tocarse.
Nada más lejos de la verdad. En personas de alto riesgo, la presencia de durezas y callos en los pies indica que existen áreas de mayor presión, vulnerables a la ulceración. Es importante que estos pacientes sean conscientes de que deben acudir con regularidad a un PODOLOGO UBA, para atención y desbridamiento de estas manifestaciones.
El paciente diabético necesitan aprender a inspeccionarse los pies a diario para detectar signos (lo que se ve) y/ó síntomas (lo que se siente) que puedan indicar que existe una lesión. Se necesita un enfoque especial en el caso del geronte (ver archivo febrero2009) ya que, debido a las deficiencias visuales o a la pérdida de movilidad, no son capaces de inspeccionar sus extremidades. En estos casos, cuando sea posible, debe requerirse la colaboración un familiar ó amigo.
Los pacientes diabéticos reciben educación sobre cuidados del pie que suele ser inadecuada, insuficiente y poco práctica.
Niveles de riesgo
Los cuidados del pie forman parte de las medidas de profilaxis, recomendadas para pacientes diabéticos (y para pacientes con patologías de origen arterial y/ó venoso ),independientemente del nivel de riesgo del paciente.
Todas las personas con diabetes necesitan una evaluación MEDICA del pie con el fin de que se clasifique su nivel de riesgo. Basándose en este sistema de categorización del riesgo tenemos:
Quienes tengan un riesgo bajo:
Sensibilidad normal, aporte sanguíneo dentro de los parámetros normales en los pies, no corren el riesgo de desarrollar mayores inconvenientes no necesitan modificar su estilo de vida, Si algunos hábitos de Nutrición e Higiene.
Es importante destacar la necesidad de realizarse exámenes regulares por un PODOLOGO UBA; dentro de este grupo de bajo riesgo y cuando los recursos son limitados, especialmente en entornos de bajos ingresos no deberán dejar de lado estos cuidados fundamentales. En estos casos se debe concurrir a la sector de Podología del Hospital.
Quienes tengan un riesgo alto:
Neuropatía sensorial y/o falta de aporte sanguíneo en extremidades inferiores (enfermedad vascular periférica), pero sin problemas “activos” (ulceras, ulceraciones del pie),
Información y educación permanente intensiva sobre cuidados del pie que incluya el desarrollo de habilidades prácticas para el cuidado personal. Se recomienda que reciban atención de PODOLOGO UBA rutinaria
Deben recibir educación que se centre en cambios de hábito y estilo de vida.
Quienes tengan un riesgo Muy alto:
Presentan un problema activo en miembros inferiores (infección, úlceras)
Deben ser controlados en una institución multidisciplinaria del pie. Control regular y periódica por PODOLOGO UBA indicando y observando educación práctica intensiva multidisciplinaria, que se centre en las estrategias de modificación del comportamiento, hábitos y estilo de vida.
Aunque las amputaciones de pacientes diabéticos se pueden prevenir, para demasiadas personas en el mundo perder una extremidad o parte de la misma es una trágica consecuencia de tener diabetes. Los altos índices de dichas amputaciones; denotan falta de adecuación en la impartición de atención sanitaria
La neuropatía y vasculopatía diabética, son el centro de los protocolos educativos sobre cuidados del pie. Sin embargo, el sistema de alarma de la naturaleza, que avisa de las lesiones (el dolor), no se puede sustituir por ninguna cantidad de información sobre lesiones nerviosas periféricas. El Eje de la educación sobre cuidados del pie, debe ser promover un comportamiento respecto al cuidado personal que sirva para superar los problemas resultantes de la aparente falta de síntomas.
Es sabido que la diabetes implica un aumento del riesgo de ulceración y amputación. Las personas con diabetes suelen recibir la misma educación generalizada sobre cuidados del pie, independientemente de su estatus de riesgo.
Los profesionales de la salud aconsejan a los pacientes con diabetes que:
“se cuiden los pies”.
Frecuentemente, dichos avisos no significan nada
Es de suma importancia acentuar la necesidad de realizarse atención PODOLOGICA, pudiendo detectar en la mayoría de los casos: alteraciones ortopédicas y/ó podológicas; manifestaciones dermatológicas, traumatológicas, vasculares, neurológicas que seguramente serán de incumbencia médica.
Pero no es el médico quien controlara in situ La higiene, humedad, temperatura, desgaste y/ó zonas de presión en el calzado, ni el tipo del mismo, irregularidades en sus uñas. Es menester exclusivo del PODOLOGO UBA.
Otra recomendación general es:" use calzado amplio, cómodo y cerrado":
Allí viene el sujeto con Mocasines y/ó Alpargatas; NADA MAS NOCIVO para los pies (sea ó no diabético),
Si los compra grandes chancletea, ¿Que hace? los compra justos para "domarlos". La excusa es que esta gordo ó la artrosis, ó no se puede atar los cordones.
Durezas y callos
Es frecuente la idea en pacientes con diabetes y algunos médicos que, las durezas y callos sirven de protección y no deberían tocarse.
Nada más lejos de la verdad. En personas de alto riesgo, la presencia de durezas y callos en los pies indica que existen áreas de mayor presión, vulnerables a la ulceración. Es importante que estos pacientes sean conscientes de que deben acudir con regularidad a un PODOLOGO UBA, para atención y desbridamiento de estas manifestaciones.
El paciente diabético necesitan aprender a inspeccionarse los pies a diario para detectar signos (lo que se ve) y/ó síntomas (lo que se siente) que puedan indicar que existe una lesión. Se necesita un enfoque especial en el caso del geronte (ver archivo febrero2009) ya que, debido a las deficiencias visuales o a la pérdida de movilidad, no son capaces de inspeccionar sus extremidades. En estos casos, cuando sea posible, debe requerirse la colaboración un familiar ó amigo.
1 comentario:
QUE INTERESANTE ENFOQUE DEL PIE DBT HACIENDO HINCAPIE EN NUESTRA PARTICIPACION REALMENTE MUY BUENO FELICITACIONES!!!
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