Administradora: Lic. Daniela Carignano

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PODOLOGIA: Los pies sobre la tierra

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La importancia del calzado

La importancia del calzado

El calzado se creó para proteger los pies de los peligros de los caminos y de las inclemencias del tiempo, pero por su mal uso hay numerosas patologías.

Lo primero que hay que tener claro antes de escoger cualquier tipo de calzado es que este es el que debe ajustarse al pie y no al contrario. Es la mejor forma de evitar que sus pies sufran dolores y traumas.

"El ideal es aquel que se adapta a la estructura y a la función del pie, y que aporta protección y soporte, aspectos que favorecen la marcha", aseguran expertos del Colegio Oficial de Podólogos de España.

Los zapatos -añaden los especialistas- deben respetar el tamaño del pie en todos los niveles, lo que incluye el tobillo, el empeine y los dedos. La longitud debe ser suficiente para que los dedos puedan mantenerse estirados y el espacio sea el adecuado para que puedan moverse libremente, cuando la persona va a caminar.

El representante de una empresa fabricante de calzado de Bilbao, especializada en zapatos ergonómicos, explicó que los zapatos que habitualmente usa la gente son los que se identifican como los de descarga, los cuales inciden tanto en el... talón como en la planta del pie, en detrimento del arco central de la extremidad.

"Por desgracia -asegura- los zapatos y las superficies duras y planas estabilizan el cuerpo de forma artificial, y ello puede determinar que algunos músculos importantes no trabajen o que otros se sobrecarguen. Eso genera desbalances que, al prolongarse en el tiempo, son fuente de muchos problemas de postura y de dolores, principalmente, los de espalda, cadera, rodillas y tobillos".

Otras de las recomendaciones importantes que hacen los podólogos es escoger un calzado flexible a nivel de las articulaciones metatarsofalángicas (donde se inician los dedos), en cuanto al corte y a la suela se refiere, y que un calzado sujeto al pie y con un contrafuerte resistente es imprescindible para aportar seguridad y estabilidad a la marcha.

El calzado debe estar bien equilibrado de forma que, al posarlo sobre una superficie plana, la suela se apoye completamente sobre el tacón y la zona metatarsal.

Al ejercer una presión de arriba a abajo, a la altura del tacón, la puntera del calzado no debe elevarse hacia arriba, pues de esta forma se logrará una buena estabilidad anteroposterior, indican los podólogos.

Los podólogos recuerdan que "el dolor en el área en la que nacen los dedos constituye un problema muy frecuente que puede aparecer, incluso en ausencia de alteraciones del pie, como correr por superficies duras o usar zapatos con tacones altos o con suelas sin amortiguación".

"No obstante -añade-, lo más habitual es que estén producidas por trastornos del pie, como los pies cavos (con arcos pronunciados), planos o con juanete, junto al uso de un calzado incorrecto".

Los callos, signo de cambio:

Los callos plantares -que siempre es signo de uso de calzado inadecuado- constituyen una extensa y densa capa de piel muerta, que con frecuencia aparece en la yema de los dedos, metatarso y base del talón.

FUENTE: PODOLOGIA ALICANTE

http://podologiaalicante.com/index.php?m=04&y=09&d=21&entry=entry090421-064825

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