Helomas
(Autor: PODOLOGIA ALICANTE - ESPAÑA)
Capas de piel que se endurecen, molestan y deforman los pies.
Con mucha frecuencia los pies de muchas personas están propensos a desarrollar los molestos callos sobre todo en las mujeres que usan zapatos de tacón alto con puntas muy estrechas o en personas que utilizan zapatos que ejercen mucha presión sobre los dedos y la planta del pie.
Los helomas, son capas córneas que se forman en determinados puntos de la piel a causa de la llamada hiperqueratosis, que ocasiona que las capas de la piel superior se engrosen por una mayor presencia de queratina. Al perder humedad, las terminaciones nerviosas se atrofian y el tejido se vuelve más duro e insensible al dolor. Si se expone esta piel a una constante presión y a fuertes rozamientos se formará una superficie amarillenta que formará una callosidad.
Los helomas varían en forma y tamaño. Por lo general son indoloros, pero en algunos casos se vuelven tan gruesos que la piel pierde flexibilidad y se quiebra causando malestar. Las personas con diabetes o circulación deficiente pueden contraer infecciones graves bajo los callos.
Las callosidades en la planta de los pies o en los talones son ocasionadas por el uso de zapatos que oprimen demasiado los pies. Las personas que caminan descalzas todo el tiempo y en todo tipo de terrenos, suelen desarrollar callosidades de hasta 1 cm. de grosor.
Un heloma es una reexaltación de tejido muerto y firme, pequeño y redondo, que por lo general se forman en diversas partes huesudas de los dedos de los pies y que presentan un consistencia dura, los que nacen entre lo dedos son suaves.
La mayoría tienen tono amarillento, pero pueden enrojecer al irritarse o inflamarse. Contienen un núcleo duro y ceroso que se forma en la capa externa de la piel y que después penetra hasta el tejido y los nervios subyacentes, causando dolor sobre todo si se les presiona.
Ambos problemas son ocasionados por la fricción o presión sobre la piel, en general por usar zapatos o calcetines que no ajustan correctamente o por participar en actividades artísticas, laborales o deportivas que implican la frotación y presión constantes.
En algunos casos, los helomas y tilomas se desarrollan también por artritis o deformidades en la estructura de los huesos.
Se diagnostican fácilmente por un podólogo y un paso importante para evitarlos y tratarlos es identificar el tipo de calzado que se está utilizando.
Pueden llegar a necesitar, si se infectan, un tratamiento con antibióticos.
En ocasiones es necesario que el podólogo corte el tejido grueso después de aplicar un anestésico local y solamente en casos en que el heloma esté muy profundo se requiere de retirarlo totalmente mediante una pequeña cirugía que se puede realizar en el consultorio médico.
Un peligro muy grande que hay que tomar en cuenta es si la persona padece diabetes o cualquier enfermedad que ocasiona circulación deficiente, los callos deben ser tratados de forma profesional y nunca se debe intentar la curación por la persona misma.
Para prevenirlos es necesario:
- Usar zapatos cómodos, evitar el tacón muy alto y las puntas estrechas.
- Utilizar calcetines lisos sin rugosidades.
- No utilizar nunca tijeras o navajas para quitar los callos, acudir al especialista.
FUENTE: http://www.podologiaalicante.com/index.php?m=10&y=08&d=01&entry=entry081001-041918
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